Tres públicos y momentos en un proyecto comunicativo político
Una campaña comunicativa política es un proyecto en el que se hacen todos los esfuerzos comunicativos posibles para lograr el objetivo trazado: que el candidato obtenga el número de votos que le permita acceder al cargo público al que aspira.
Para ello, es clave hacer uso de todos los recursos disponibles para trabajar con tres públicos distintos, en los cuales hay que buscar desarrollar distintos tipos de mensajes:
1. El fan
Este público es el cercano al candidato(a), cultivado a través del tiempo, de otras campañas, de relacionamiento o convencido por el carisma o proyección del vocero(a), de poco tiempo atrás. Estas personas deben ser identificadas plenamente, apoyadas por parte de la campaña en todo lo que requieran para posicionar su mensaje, en hacerlas sentir importantes, y lograr con ellas, que reproduzcan el mensaje con sus círculos sociales, para que convoquen reuniones y eventos y se comprometan con la causa.
2. El indeciso
Este público es quizás el más crítico, pues es quien toma la decisión en último momento, y sobre él descansa buena parte del trabajo comunicativo reputacional que se desarrolla durante toda la campaña, pero con mayor énfasis en los días más cercanos al día de elecciones: para ellos se hacen las piezas comunicativas masivas o focalizadas, reuniones con círculos cercanos de los fans y trabajo de calle. Hay que buscar que el candidato tenga la oportunidad de llegarles de una u otra manera de manera física, pues ese escenario de encuentro, por lo general inclina la balanza a favor.
3. El contrario
Este público en general es el mayoritario y hacen parte de él quienes tienen tendencias ideológicas distintas o diametralmente opuestas a lo que representa el candidato. El trabajo allí consiste en desanimarlos(as) a votar, en posicionar en ellos el mensaje de que su voto no cambiará las cosas o en deslegitimar al candidato que lo(la) haga sentir alguna cercanía.
Además de esta labor permanente en estos tres frentes, otra parte muy importante en un Proyecto comunicativo de este tipo, es el que tiene que ver con el candidato, esto es, convertirlo en un mejor vocero, en un mejor comunicador en cada intervención, si se requiere, en un actor; para así, lograr vínculos empáticos en cada encuentro con el público, con los medios de comunicación y en cada debate. Esta labor es un trabajo permanente en la que tiene que ver mucho la personalidad del candidato(a), pero también puede ser afinada desde el equipo de Comunicación y Relaciones Públicas.
Tres momentos de gestión comunicativa política
1. Agenda
Lo primero a tener en cuenta para desarrollar un mensaje es tener clara una agenda temática a desarrollar a través de la campaña, con los mensajes clave, en parte construida desde la plataforma política del partido y también desde el Plan de Gobierno (construcción del proyecto macro de gobernabilidad).
2. Coyuntura
La coyuntura, los temas de «moda», los de interés por parte de la opinión pública y aparecen primero en Google, son la puerta de entrada a la conversación con los diferentes medios y públicos sobre lo que está o estará siendo tendencia. El percibir y ser el(la) primero(a) en tocar un tema trascendente que se hace tendencia, sirve para mostrar liderazgo. Es importante siempre ser coherentes en los pronunciamientos sobre temas de coyuntura y participar activamente de los temas en los que se perciba que la franja votante esté mayoritariamente de acuerdo con el(la) candidato(a), y evitar los espacios de participación en los que este pueda tener una posición polémica o no muy clara con respecto a sus potenciales votantes.
3. Idea
El fin último de una gestión comunicativa a nivel político es hacer que un(a) candidato(a) se convierta en una idea y en un símbolo de esa idea para el potencial elector; si esa idea es positiva e impulsa a votar masivamente, el éxito de la campaña está garantizado…parece simple, pero no lo es tanto.